miércoles, 7 de septiembre de 2016

UD.1. El s.XVIII, la crisis del Antiguo Régimen.



INTRODUCCIÓN 
Antiguo Régimen (en francés: Ancien régime) fue el término que los revolucionarios franceses utilizaron para designar peyorativamente al sistema de gobierno anterior a la Revolución Francesa de 1789. Ponía fin a un sistema económico, social, político y cultural que procedía de la descomposición del feudalismo medieval y que se mantuvo vigente en Europa los ss. XVI y XVII, hasta las revoluciones liberales-burguesas (inglesa, americana y francesa).
*El término opuesto a este fue el de Nuevo Régimen (en España,  Régimen Liberal).

Puede aplicarse también como equivalente a una época cuya estructura, en todos los ámbitos, coincidiría con el último período de la Edad Moderna, los siglos XVII y XVIII.
Es decir, se había superado la etapa medieval y feudal, pero se continuaba manteniendo un sistema político basado en el absolutismo monárquico de derecho divino, la economía agraria de tipo señorial, una población estancada a causa de la pervivencia de las crisis demográficas periódicas (“Tres Parcas” hambrunas, epidemias y guerras) dentro de  una sociedad de tipo estamental fundamentada en la desigualdad civil (aristocracia) y en una cultura teocentrista o providencialista, de terrible influencia en todos los ámbitos. 
Ahora bien, a lo largo del siglo XVII, y especialmente del XVIII, la consolidación del parlamentarismo con el ejemplo inglés, las nuevas actividades económicas capitalistas. (comercio triangular), el ascenso de nuevos grupos sociales, sobre todo la burguesía, y un extraordinario movimiento ideológico, la Ilustración, fueron "motores de cambio" que socavaron profundamente los cimientos del Antiguo Régimen.
Es precisamente la confrontación entre lo viejo y lo nuevo, la oscura tradición y el luminoso progreso, entre el mundo aristocrático y rural y otro burgués y urbano, entre el feudalismo y un capitalismo incipiente, lo que hizo del siglo XVIII un período de tránsito, que desembocó en la gestación del mundo contemporáneo.

POLÍTICA:
MONARQUÍA ABSOLUTA DE DERECHO DIVINO.
Constituía el régimen político predominante en Europa, teniendo como máximo exponente a Luis XIV de Francia, "el Rey Sol".
El rey tenía el poder absoluto, es decir, concentraba en su persona los tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), sólo respondía ante Dios, de ahí la frase "el Estado soy yo" que ejemplifica el dominio y el sentimiento paternalista del monarca.
Los gobernados, llamados súbditos, no gozaban de ningún derecho y quedaban expuestos a cualquiera de sus arbitrariedades o abusos. 



La autoridad del monarca provenía de Dios, justificado por filósofos de la época como Bossuet, aunque era sabido que procedía del linaje (estirpe o dinastía) más influyente y rico del estamento nobiliar. Era perpetuado en esta mentalidad con el otro estamento aristocrático, el clero, que era quien lo coronaba en la denominada "Unión de la Cruz y la Espada".

Además, se apoyaba en un ejército poderoso e intimidatorio, en una densa burocracia para un mayor control tanto social como fiscal y en una diplomacia que estableciese buenas relaciones con reinos extranjeros.
El principal órgano de gobierno era el Consejo de Estado, cuyos miembros eran designados por el rey y se subdividía en secciones especializadas: Finanzas, Justicia, Guerra, etc. También había Negociados para el tratamiento de asuntos más específicos, y se hizo habitual la designación de secretarios de Estado, comparables a los actuales ministros.
Por debajo, en las provincias aparecían gobernadores e intendentes.
Una de las limitaciones del poder real provenía de la reunión en Asambleas (Parlamento en Inglaterra, Cortes en España, Estados Generales en Francia o Dieta en Alemania), unas instituciones nacidas en la Edad Media que reunían a los representantes de los tres estamentos y donde predominaban los votos de nobleza y clero frente al de la burguesía. Tenían tan sólo algunas atribuciones en materia fiscal, como votar nuevos impuestos, aunque también suplían al monarca en situaciones excepcionales y ratificaban a los nuevos reyes. Pero a pesar de su escaso margen de actuación, los monarcas absolutos intentaron marginar a los parlamentos con el “derecho de veto”, y sólo recurrían a ellos en esas situaciones extremas, es decir, para pedir aumento de impuestos o ayudas económicas.

MOTOR DE CAMBIO
La consolidación del parlamentarismo.
En el siglo XVIII, tan sólo Gran Bretaña y Holanda contaban con una monarquía en la que los poderes del monarca estaban limitados por el Parlamento.
En Inglaterra estaba dividido en dos cámaras:
  • Lores: defendían los intereses de nobleza y clero y
  • Comunes: buscaban la participación del pueblo por medio de una incipiente Burguesía.
Este proceso se realizó en Inglaterra, mediante las dos revoluciones del siglo XVII, que acabaron con la monarquía absoluta de los Estuardo.

En 1649, una primera revolución derrocó y ejecutó a Carlos I, que pretendió gobernar sin el control parlamentario.
Después de un breve período republicano liderado por Oliver Conwell, en 1660, el nuevo monarca, Carlos II, tuvo que aceptar el reconocimiento del Hábeas Corpus en 1679, que garantizaba las libertades individuales, es decir, a todo detenido se le reconocía comparecer ante un juez y contar con un abogado para su defensa, lo cual constituyó así el primer freno a la arbitrariedad del poder real y el primer conato de Constitución de Europa Occidental. 



En 1689, una segunda revolución ("Revolución Gloriosa") destronó a los Estuardo, con la figura absolutista y ultracatólica de Jacobo II (1685-88). El Parlamento ofreció la corona a un príncipe holandés y protestante, Guillermo de Orange (como Guillermo III, casa con María II de Estuardo comenzaría la dinastía de la casa Hannover en Inglaterra), que juró la Declaración de Derechos (The Bill of Rights), que limitaba los poderes del monarca y sometía algunas de sus decisiones al Parlamento.

Inglaterra se convertiría en una monarquía parlamentaria con las figuras de Jorge I, II y III de Hannover.
Por primera vez en Europa, los poderes ejecutivo y legislativo estaban separados y un Parlamento electo votaba las leyes y “controlaba” a los miembros del gobierno, que seguían dependiendo del poder ejecutivo del monarca. Además, los ciudadanos tenían garantizada la defensa de su libertad individual y se institucionalizaba una justicia independiente del poder ejecutivo.
Sin embargo, este parlamentarismo tenía sus limitaciones ya que sólo una minoría (grandes propietarios agrarios, burgueses, etc.), que representaba el 15% de la población, tenía derecho a voto (sufragio censitario).

A su vez, provocaría la Revolución americana.
Las trece colonias inglesas, establecidas en la costa Este de América del Norte, protagonizaron en el siglo XVIII la primera insurrección colonial contra la metrópoli, y constituyeron el primer ejemplo de gobierno fundado sobre los principios de igualdad y libertad. 
Los motivos de la guerra entre la colonia y la metrópoli estaría en:
  • los colonos americanos no estaban de acuerdo con las tasas e impuestos (especialmente sobre el té), así como tampoco con el monopolio comercial que Gran Bretaña ejercía sobre su territorio,
  • no tenían participación política en el Parlamento inglés y estaban mediatizados por el autoritarismo de Jorge III desde Londres.
  • gozaban de un "sentimiento americano" que unía a gentes llegadas no sólo de Gran Bretaña, sino de otras partes de Europa como Polonia, Alemania o Italia.
El 4 de julio de 1776, delegados de las trece colonias, reunidos en Filadelfia y liderados por Thomas Jefferson, redactaron la Declaración de Independencia de Estados Unidos de América. Dicha declaración expresa los principios que impulsaron la revuelta: el derecho de todas las personas a la libertad y a la búsqueda de la felicidad, y el deber de los gobernantes de respetar los "derechos inalienables" del pueblo.

La CONSTITUCIÓN de EEUU.
En 1787, el nuevo Estado americano redactó la primera Constitución escrita de la historia. El texto constitucional aseguraba:
División de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial).
Forma de gobierno republicano, con amplios poderes para el presidente como jefe del estado.
Estructura federal, pues los territorios (Estados) del nuevo país tenían amplia capacidad de autogobierno (justicia, educación....). Por encima de los Estados estaba el gobierno federal, responsable de los asuntos exteriores, de la defensa, de las finanzas y de la moneda.
Establecía una amplia Declaración de Derechos que garantizaba la libertad de religión, de prensa, de expresión, de reunión....
El ejemplo inglés se convirtió en un modelo para muchos teóricos y sus nuevas fórmulas políticas fueron recogidas por los pensadores de la Ilustración.
        


ECONOMÍA:
UNA ECONOMÍA SEÑORIAL Y AGRÍCOLA.

La propiedad de la tierra.
Durante el Antiguo Régimen, la tierra era la fuente más importante de riqueza, poder y libertad. Sólo una pequeña parte de las tierras podían ser consideradas de propiedad privada (ALODIOS), en manos de campesinos libres pero que ante el temor a saqueos o hambrunas se seguían encomendando a señores, o bien nobles o eclesiásticos. Ambos estamentos privilegiados, la ARISTOCRACIA,  eran poseedores de la tierra, es decir, los "terratenientes" y además, los que ocupaban los altos cargos administrativos, religiosos o militares.
La tierra estaba o bien vinculada a un título nobiliario, a un municipio o a la Corona o, por otra parte, estaban las amortizadas por la Iglesia. La propiedad vinculada permitía a su titular (primogénito) sacar provecho económico y ejercer jurisdicción sobre ella, pero no podía venderse.
El conjunto de tierras en manos de un señor (noble o eclesiástico) recibía el nombre de señorío jurisdiccional. 
Constaba, en primer lugar, de la reserva señorial (terra dominicata), formada por las tierras más productivas que el señor se reservaba para su explotación directa, trabajada por siervos de la gleba. Allí se ubicaban su residencia y los establecimientos principales.
El resto del territorio de un señorío estaba dividido en parcelas llamadas mansos (terra indominicata), cuya dimensión debía ser suficiente para alimentar a una familia de campesinos adscritos a la tierra o colonos. El señor cedía estos mansos  a hombres libres que trabajaban la tierra en usufructo a cambio de pagar un censo, canon o impuesto, ante la escasa circulación de moneda.

Los derechos señoriales.
Los derechos señoriales eran el conjunto de prestaciones y rentas que recibían los señores en virtud de su dominio sobre la tierra. 
Estos derechos o atribuciones ("ban" en alemán: banalidades) provenían, principalmente, de la explotación económica de sus propiedades: 
- los campesinos debían realizar una serie de trabajos (prestaciones personales) en la reserva señorial (corveas en Francia o sernas en castilla),
- entregar un tanto por ciento de la cosecha, es decir, “en especie” de las tierras que trabajaban, además de por la utilización de:
  •  los monopolios señoriales (molino, herrería, telar, fragua, establos, silos, la explotación de los bosques o de los ríos de su señorío),
  • los derechos de paso, peajes de puentes (pontazgo) y caminos, de los derechos de circulación de mercancías o de los permisos de mercado.
Por otro lado, el señor ejercía las denominadas regalías, que le otorgaban ciertos poderes de "rey en sus dominos" como funciones:
  •  militares (podía hacer la guerra con sus propias HUESTES o MESNADAS y firmar la paz),
  •  judiciales (multas aplicadas a las personas, dictar órdenes y reglamentos y juzgar a las personas de sus dominios así como a los transeúntes), 
  • fiscales (acuñar moneda, percibir los impuestos del reino) y 
  • religiosas (dirigir la iglesia dentro de su señorío y cobrar el DIEZMO, una décima parte de la cosecha para el mantenimiento del culto y el clero.
Esta estructura económica, claramente conservadora e inmovilista llevada a cabo por la aristocracia, ha llevado a la frase “vivir de las rentas”.

Una producción insuficiente.
La agricultura se mantenía como una actividad tradicional, muy atrasada desde el punto de vista técnico y con una productividad muy baja. Era una agricultura de subsistencia, dedicada al policultivo básicamente cerealístico. No había especialización y el comercio era escaso (autoconsumo), al no haber excedentes o sobrante de las cosechas.
Las cosechas marcaban el ritmo de la economía, que se veía periódicamente azotada por las llamadas crisis de subsistencia. Algunos años seguidos de malas cosechas provocaban escasez de alimentos y los productos básicos se encarecían. Estas crisis periódicas generaban hambrunas, desnutrición y a menudo desembocaban en protestas como las denominadas revueltas del pan.

La producción ganadera era también insuficiente, ya que la agricultura no producía los alimentos necesarios para aumentar la cabaña. La alimentación de los animales dependía básicamente de los rastrojos, de las hierbas que crecían en los campos en barbecho y de los escasos pastos comunales.
 De todas formas, la existencia de algunos excedentes permitía su venta en los mercados locales, de carácter semanal y en las ferias periódicas, anuales (ej. Feria de Champagna). También se cultivaban algunos productos más especializados como la viña y el lino, o ciertos productos artesanos, orientados esencialmente hacia ese mercado.

La artesanía tradicional y las Manufacturas.

En un mundo, en su mayoría rural, buena parte de todo lo necesario para el consumo cotidiano se solía producir en el ámbito familiar. La familia campesina era la unidad de producción básica, y se encargaba tanto de trabajar la tierra como de elaborar los productos de consumo doméstico. De todas formas, en las escasas ciudades de la época existía una producción artesana, de origen medieval, controlada por los gremios, agrupaciones de artesanos de la misma profesión, jerarquizadas (aprendiz-oficial-maestro) y que controlaban el volumen de producción, las técnicas empleadas y los precios de venta.


El aumento progresivo de la demanda de productos a partir de los siglos XVI y XVII estimuló a los comerciantes y a algunos artesanos a buscar nuevos sistemas productivos para escapar del control gremial, que dificultaba el aumento de la producción y no permitía un margen amplio de beneficios. Con este objetivo, se empezó a extender el trabajo doméstico o DOMESTIC SYSTEM, el cual consistía en que un artesano-comerciante distribuía la materia prima y facilitaba los instrumentos de trabajo a una familia campesina para que elaborase los productos en su propio domicilio. Después, el comerciante, que normalmente pagaba por pieza elaborada, se encargaba de comercializar el producto en los mercados urbanos o coloniales.

Durante el siglo XVII se difundió otro modelo de producción industrial: las denominadas Manufacturas. Se trataba de establecimientos subvencionados, impulsados por el Estado (en Europa continental), o de iniciativa privada (en Inglaterra), donde se elaboraban determinados artículos de lujo. Aunque el proceso de producción era completamente manual, su novedad consistía en concentrar a un número muy elevado de trabajadores a sueldo y bajo un mismo techo. En este sentido, las manufacturas constituyen un precedente de las fábricas modernas.


La insuficiencia de los transportes.

En el Antiguo Régimen, la red de comunicaciones era escasa y los medios de transporte, muy rudimentarios. Los caminos y carreteras constituían el sistema de comunicaciones por excelencia, aunque tan sólo los caminos reales se conservaban en buen estado, mientras los vecinales estaban en malas condiciones y el tránsito resultaba dificultoso e inseguro. Los vehículos más utilizados eran el carro y la diligencia, movidos por animales de tiro (caballos, mulos). Iban muy lentos; los vehículos más rápidos y ligeros sólo alcanzaban los 15 ó 20 km/h, y su capacidad de carga era muy reducida.
El segundo gran medio de transporte era la navegación marítima y fluvial. La primera utilizaba esencialmente la fuerza del viento como método de tracción, y su capacidad de carga era bastante limitada (100 toneladas). Además, el desplazamiento era lento: se tardaba dos meses, en condiciones favorables, para ir de Gran Bretaña a Estados Unidos. La navegación fluvial constituía el medio de transporte más fácil y barato, pero precisaba buenas condiciones hidrográficas e infraestructuras, de las que no gozaban todos los países. En este sentido, Gran Bretaña poseía una red fluvial privilegiada que, tras la construcción de canales entre los principales ríos, dio origen a una importante red de navegación fluvial. 

El comercio interior y el comercio colonial.


Los escasos excedentes, el bajo nivel de especialización agrícola y el insuficiente sistema de transportes daban como resultado un limitado desarrollo del comercio.
Ahora bien, el aislamiento comercial característico del período preindustrial se rompió con el comercio colonial o ultramarino. A partir del siglo XVII, América pasa a ser un “continente compartido” con Inglaterra, Francia y Holanda y no monopolio de España por lo que se hizo mucho más frecuente el comercio entre territorios separados por mar que entre regiones más próximas por tierra. Se abrió esa nueva ruta marítima (paralela a la Carrera de Indias pero en el lado norte) y el comercio colonial se convirtió en un factor de estímulo para las economías europeas, ya que proporcionaba grandes beneficios a sus promotores. 
Se denominó comercio triangular, ya que afectaba a tres continentes (África, Europa, América). Se intercambiaban productos elaborados o MANUFACTURADOS europeos por esclavos en África, que luego se vendían a América a cambio de materias primas (algodón, tabaco, café, té, pieles, madera, especias o metales).
La necesidad de capitales para financiar las expediciones comerciales favoreció la ampliación de los mecanismos de crédito, de las compañías de comercio de las Indias Orientales y Occidentales y de las instituciones financieras (bancos), que conllevó a la proliferación de mercaderes, cambistas y prestamistas, y del afianzamiento de la burguesía. El gran movimiento de capitales y su acumulación alrededor del comercio colonial justifica que muchos historiadores caractericen este período preindustrial como el del capitalismo comercial.


SOCIEDAD:
LA SOCIEDAD ESTAMENTAL.

Una población estancada.
La incapacidad de la agricultura para aumentar de manera significativa su producción comportaba el estancamiento de la población. Así, la demografía del Antiguo Régimen se corresponde con el llamado régimen demográfico antiguo, que se mantuvo hasta los inicios de la industrialización y se caracterizaba por un escaso o casi nulo crecimiento demográfico.
La subalimentación, la falta de higiene y los escasos recursos médicos provocaban una elevada mortalidad (entre un 30‰ y un 40‰), que era especialmente grave en el caso de los recién nacidos. 
 Del mismo modo, la natalidad era muy alta (entre el 35‰ y el 40‰) y la tasa de fecundidad, también: se calcula que cada mujer tenía una media de cinco hijos.
En consecuencia, la esperanza de vida era baja, alrededor de los 45 años.
Cuando unos años de prosperidad económica comportaban un aumento demográfico, la producción de alimentos era incapaz de crecer al mismo ritmo. De este modo, la crisis de subsistencia a menudo era el origen de una crisis demográfica. Éstas hambrunas, unido a las enfermedades o epidemias y a las guerras, eran las llamadas "3 PARCAS", que se ensañaban con una población subalimentada, provocando una mortalidad catastrófica y diezmando sus efectivos. Estas crisis periódicas eran las responsables del estancamiento demográfico a largo plazo.

Aún así, a mediados del s.XVII comenzó un notable crecimiento de la población debido al aumento de la productividad agrícola (roturación de nuevas tierras, nuevos cultivos como el maíz y la patata y mejoras técnicas), y a la disminución de grandes conflictos armados (sólo la guerra de los 7 años: 1756-63) y de epidemias.


Los estamentos.



La sociedad del Antiguo Régimen seguía dividida en estamentos, también llamamos estados u órdenes, que eran grupos cerrados o estanco a los que se pertenecía por las circunstancias del nacimiento, de la sangre (a diferencia de nuestra sociedad de clases que se define por el nivel de riqueza o “meritocracia”), es decir, la pertenencia a una estirpe o linaje, y en los que la movilidad social resultaba imposible.
El derecho tradicional establecía tres estamentos:
el clero “ORATORES”, que se ocupaba de rezar y asegurar la protección divina;
la nobleza “BELLATORES”, que combatía y protegía de sus adversarios a la colectividad y
el campesinado “LABORATORES”, vulgo, estado llano (tercer estado, desde la Revolución Francesa), cuya función social era producir los bienes materiales, y comprendía grupos tan diversos como el campesinado, la burguesía y las clases populares de las ciudades.
La característica principal de la sociedad estamental era su desigualdad civil, que comportaba la división en dos grupos bien diferenciados: 
- los privilegiados o poseedores, ARISTOCRACIA (NOBLEZA Y CLERO) que gozaban de derechos o privilegios fiscales (estaban exentos de pagar impuestos,) y judiciales y 
- los no privilegiados o desposeídos, CAMPESINADO, estado llano o vulgo, que no tenían ninguna prerrogativa y debían soportar todas las cargas fiscales.
  • Los privilegiados.
El clero era el primero de los grupos privilegiados y representaba una parte muy pequeña de la población (menos del 1 %).
No tenía que pagar ninguno de los impuestos directos y sus ingresos provenían del diezmo y de su propio patrimonio, dado que poseía muchas propiedades urbanas y rurales debido a las continuas donaciones.
A pesar de su aparente unidad, el clero no era un grupo homogéneo.

El alto clero (cardenales, arzobispos, obispos, canónigos y altos cargos como priores y abades) provenía exclusivamente de las clases nobiliarias (“segundones”) y vivía en el lujo característico de la nobleza.

Contrariamente, el bajo clero (sacerdotes, párrocos y monjes) era, principalmente de origen campesino, vivía una vida modesta sin lujos y no gozaba de privilegios.
En momentos de hambrunas, subía enormemente su número (“ vivir a la sopa boba”).

La nobleza era el segundo estamento privilegiado, representaba entre el 2% y el 3% de la población y ostentaba la propiedad de la mayor parte de la tierra “TERRATENIENTES”.

Gozaba de una serie de concesiones honoríficas (el derecho a llevar espada, el banco reservado en la iglesia, el monopolio de acceso a altos cargos...), económicas (derecho de caza, exención de trabajar en las obras públicas...) y fiscales (dispensa de pagar impuestos y derecho a cobrarlos).

Ahora bien, la nobleza tampoco era un grupo homogéneo y existían enormes diferencias entre:
la alta nobleza, diferenciada entre la rica y poderosa nobleza de la Corte y la más modesta nobleza de provincias como  condes, vizcondes, duques, marqueses, barones y
la baja nobleza o “nobleza de toga” como señores, hidalgos e infanzones, que surgió en las zonas rurales por la necesidad del monarca de vender los cargos públicos o de recompensar favores, como el control social.

En definitiva, la aristocracia, además de gozar de privilegios fiscales y judiciales, era poseedora de la tierra y acaparaba los altos cargos de la administración, el ejército o la iglesia.
  • Los no privilegiados.
El estado llano, campesinado o vulgo (llamado 3º estado por los revolucionarios franceses) integraba a la mayoría de la población (entre un 90% y un 95%) y agrupaba a sectores sociales muy diferentes, tanto por su condición económica como social.
A pesar de esa diversidad, al final del Antiguo Régimen les unía un interés común: su oposición al régimen feudal y la reivindicación de la igualdad civil.

La burguesía constituía el grupo económico más dinámico de la sociedad, ya que, en los últimos siglos, su riqueza había aumentado notoriamente. Entre sus componentes se podía distinguir:
  • alta burguesía o "patriciado urbano":
- la burguesía rentista, que vivía de las rentas de sus propiedades o capitales (según algunos historiadores, “la traición de la burguesía”);
- la financiera (banqueros y cobradores de impuestos);
- la comercial y la manufacturera o artesana, y, finalmente,
  • la baja burguesía:
comprende la pequeña burguesía, que comprendía artesanos (aprendices u oficiales), pequeños comerciantes y profesionales liberales.

Las clases populares urbanas agrupaban a los trabajadores manuales de las ciudades, tanto a los artesanos (oficiales y aprendices) como a los obreros de las manufacturas, al personal doméstico y a todos los pequeños oficios.

El campesinado en el ámbito rural constituía la mayoría de la población y se distinguía entre los campesinos libres, que podían ser propietarios (alodiales), adscritos a la tierra (mansos) como colonos, arrendatarios, aparceros o jornaleros, y los siervos, que vivían en la reserva bajo el régimen señorial.

Las condiciones de vida de los tres grupos eran precarias y durante el siglo XVIII habían empeorado como consecuencia del aumento de la población y de la subida de los precios.


CULTURA:
EL espíritu de la Ilustración.
La Ilustración fue un movimiento de carácter intelectual que se desarrolló en la Europa (mayormente en Francia) del siglo XVIII cuestionando las bases del Antiguo Régimen y proponiendo una nueva organización de la sociedad y cuyas ideas inspiraron la independencia de los Estados Unidos de América y la Revolución francesa.

Como precedente, en el s.XVII se produjo la revolución científica con personajes como Galileo, Descartes, Pascal, Torricelli o Newton, y ese interés por las ciencias y las letras proseguiría en el tránsito al s.XVIII con filósofos empiristas como John Locke o David Hume. 

Los ilustrados, fundamentalmente franceses, propugnaron una fe absoluta en la razón (inteligencia humana) como único medio para entender y explicar el mundo. Así, los nuevos filósofos se enfrentaron a la concepción medieval del mundo basada en el teocentrismo o providencialismo, en la superstición y en la tradición y propusieron un nuevo ANTROPOCENTRISMO. En definitiva, se producirá una secularización o laicización de una cultura en manos de la iglesia anteriormente.

La mayor parte de los ilustrados eran deístas, es decir, creían en un Dios creador de un mundo regido por leyes naturales, rechazando la revelación, el providencialismo o la superstición, los cultos, los milagros o la superioridad de cualquier religión sobre las otras, condenando la intolerancia religiosa (Voltaire defendía la libertad de culto o de conciencia). 
Los ilustrados confiaban en la razón, creían que la naturaleza era una fuente de justicia y bondad y proclamaban que el ser humano nacía para ser feliz (hedonismo). Confiaban en la idea de progreso, frente a la tradición y el inmovilismo anterior, para mejorar la sociedad, a través fundamentalmente de l desarrollo científico y como no, de la educación. (ej. Pestalozzi).

Además del afianzamiento y desarrollo de muchas universidades, en las principales ciudades de Europa, como Londres, París o Madrid, se crearon Academias, Cafés o Salones donde se debatían las ideas y se presentaban nuevas propuestas científicas o técnicas entre los intelectuales. Éstas, serían editadas aumentando la tirada de libros demandados por una población cada vez más alfabetizada.

La crítica al Antiguo Régimen.

Los ilustrados criticaron los pilares fundamentales del Antiguo Régimen y propusieron un nuevo modelo de organización política y social basado en los principios de la libertad y la igualdad. En primer lugar, criticaron el absolutismo y configuraron las bases de una nueva doctrina política que conocemos con el nombre de liberalismo.

- Montesquieu propugnó la separación de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) y puso un énfasis especial en la independencia del poder judicial.

Rousseau planteó la necesidad de un contrato social entre gobernantes y gobernados, que garantizase los derechos básicos del individuo que rompiese la desigualdad  civil anterior y formuló el principio de soberanía nacional, según el cual, el poder emana del libre consentimiento de todos los ciudadanos expresado mediante el voto (sufragio).

- Voltaire propuso como requisito indispensable un Parlamento (siguiendo el modelo inglés de John Locke) que limitase el poder real, un sistema fiscal equitativo, es decir, que no todo el peso recayese exclusivamente sobre el pueblo llano y defendió la tolerancia religiosa.



La creación de la Enciclopedia por Diderot y D Alembert ayudaría a la difusión a toda la sociedad de una gran compilación de conocimientos en 20 volúmenes editados entre 1751 y 1772. 
Ello conllevaría la secularización o laicización cultural, antes mediatizada por la iglesia.

Los ilustrados también se opusieron claramente a la sociedad estamental y defendieron la movilidad social, la igualdad de origen y la meritocracia. Así, proclamaron que nadie podía heredar ni gozar de honor, prestigio o privilegios en nombre de sus antepasados.

En el terreno económico surgieron los llamados fisiócratas, como Quesnay, que defendían que la principal fuente de riqueza de un país era la agricultura y no el comercio y la acumulación de metales preciosos como defendía el Mercantilismo del s.XVII
A su vez, se oponían a toda reglamentación por parte del Estado, apoyando la libertad económica, la propiedad privada y la iniciativa individual, preludiando lo que sería el liberalismo económico.

Estas nuevas ideas encontraron terreno propicio en una burguesía que había visto crecer su poder económico a lo largo del siglo XVIII, pero permanecía privada de toda igualdad jurídica y de la posibilidad de intervenir en política.

EL DESPOTISMO ILUSTRADO.

La influencia del pensamiento ilustrado alcanzó las cortes europeas, y algunos soberanos, sin renunciar a su carácter de monarcas absolutos, intentaron experiencias reformistas que pretendían unir la autoridad real con las ideas de progreso de la Ilustración. 
Así, en buena parte de Europa aparecieron monarcas ilustrados: Federico II en Prusia, María Teresa en Austria, la zarina Catalina en Rusia, Gustavo en Suecia y Carlos III en España, que lo llevaron a cabo en el denominado “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”.

Como rasgos comunes de la actuación de estos monarcas se pueden citar:
  • el absolutismo centralizador, 
  • la racionalización de la administración, 
  • el fomento de la educación y 
  • la búsqueda de la modernización económica; en este sentido, todos ellos promovieron programas de desarrollo agrícola e industrial y facilitaron la libertad de comercio.
De todas formas, estas experiencias resultaron muy limitadas. No era posible aceptar sólo una parte de la Ilustración; no se podían admitir las reformas económicas, el reparto de la propiedad o la libre circulación comercial y mantener intacta la sociedad estamental y el poder absoluto. 

Las contradicciones de este reformismo abrieron el camino a las revoluciones liberales.
Por tanto, la Ilustración se opondría al absolutismo y configuraría una nueva doctrina: el liberalismo.






UD.2. La época de las revoluciones liberales (1789 y 1871).

La Revolución Francesa es uno de esos hitos históricos que sirven para señalar el fin de un período histórico y el inicio de una nueva etapa, como será la contemporánea. Ya has visto en el tema anterior que, en realidad, la primera revolución que creó un Estado basado en las ideas de la Ilustración se produjo en Norteamérica, pero en aquella época los Estados Unidos no eran muy influyentes a escala internacional y estaban lejos de Europa.

Cuando la Revolución se produzca en Francia, sin embargo, el Antiguo Régimen va a empezar a tambalearse por toda Europa, ya que sus ideas y su ejemplo se extendieron, sobre todo en época napoleónica (1799-1815) como una "mancha de aceite" fácilmente por el viejo continente.
La Revolución Francesa no es un acontecimiento de varios días, ni siquiera de unos pocos años.
Podríamos decir por tanto, que estalla en 1789 y que abre un proceso de cambios en Francia, plagados de violencia, enfrentamientos y guerra que va a durar hasta 1815


Durante estos años los revolucionarios van a intentar distintas formas de gobierno que van fracasando sucesivamente, en gran parte por los enfrentamientos entre ellos mismos sobre la organización que debía darse al nuevo Estado y a la sociedad.
La Revolución Francesa es posiblemente uno de los acontecimientos históricos sobre el que más se ha escrito y son muchas las interpretaciones que se le han dado

Puede ser considerada una revolución burguesa, aunque en algunos momentos el pueblo más humilde llegó a tener casi el control del país.


·  Algunos revolucionarios moderados sólo querían cambiar la monarquía absoluta por una monarquía parlamentaria constitucional (caso inglés con la casa de Hannover).
·
  Otros querían eliminar la monarquía y establecer una República federal que defendiera los intereses de la burguesía acomodada (caso americano con George Washington)
·  
   Los más radicales, por su parte, esperaban de la Revolución que acabara con las desigualdades económicas entre ricos y pobres.

Causas de la Revolución Francesa.

Fueron muchas y complejas las causas que llevaron al pueblo francés a sublevarse contra su rey.
Podemos considerar que la Revolución Francesa se produjo por la acumulación de causas ideológicas, sociales, políticas y económicas que coincidieron en Francia a fines del siglo XVIII.
·  
   En el terreno de la ideología (cultura), una causa de la Revolución es la gran propagación que habían tenido las ideas ilustradas, que proponían un cambio en la sociedad y en la organización del Estado.

   Voltaire, con sus "Cartas filosóficas" (1734) pretende reivindicar la libertad política a través del Parlamento, la necesidad de una reforma fiscal y la necesidad de la tolerancia religiosa como forma de dejar atrás el providencialismo o teocentrismo anterior, dando mayor peso a la razón y a la ciencia como motores del progreso.

   Montesquieu, con "El espíritu de las leyes" (1748) propone la separación de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) para poner fin a los abusos y arbitrariedades de la monarquía absoluta.

Rousseau, con el "Contrato social" (1762) introdujo el término soberanía nacional para acabar con la desigualdad social, prevaleciendo el ciudadano frente al súbdito.
  
   Con la "Enciclopedia" (1751-72) de Diderot y D,Alambert se conseguirá acercar el conocimiento a una mayor parte de la sociedad que conllevará la progresiva laicización o secularización cultural y la ruptura del monopolio ejercido por la iglesia durante el Antiguo Régimen.
    
·   En el terreno social, podemos considerar que la sociedad estamental a fines del siglo XVIII estaba en crisis por las críticas de la burguesía, ya con cierta "conciencia de clase". 
   La riqueza de este grupo no paraba de crecer, pero su pertenencia al Tercer Estado le impedía participar activamente en el gobierno de la nación, por lo que su descontento era creciente.

·  En el terreno político, la monarquía de Francia estaba atravesando un mal momento. El rey Luis XVI "Monsieur veto" era un monarca con poder absoluto, pero, dedicado a la caza, la cocina o la marquetería, no tenía la personalidad ni el talento de sus predecesores. Ante la situación de crisis que vivía el país, ni el rey ni sus ministros (Necker, Calonne, Brienne o Turgot) encontraban las soluciones adecuadas.

   * El ejemplo americano, a los cuales ayudaron en la guerra de los 7 años (regalo de la estatua de la libertad) hizo ver a la burguesía francesa la posibilidad de llevarlo a cabo en su país.
·  En el terreno económico la situación de Francia era un desastre. Las malas cosechas y los impuestos abusivos llevaron a la mayor parte del pueblo a la miseria y el HAMBRE.. 
   Los privilegiados (nobles y clero) también se quejaban, porque sus ingresos, que dependían mucho de las cosechas de los campesinos, habían descendido. No es que pasaran hambre, claro, pero tampoco podían permitirse los lujos acostumbrados sin endeudarse.
Ante la nefasta situación que atravesaba Francia y la enorme deuda del Estado (gastos en la "Guerra de los 7 años"), al rey Luis XVI sólo le cabían dos opciones si quería recaudar más impuestos:
· Cobrárselos a los privilegiados, lo que enfrentaría al monarca con la nobleza y la iglesia.
·  Seguir aumentando los impuestos al Tercer Estado, lo cual era difícil porque gran parte de la población estaba ya en la miseria.
Bloqueado y sin saber qué camino tomar, Luis XVI decidió reunir los Estados Generales, la Asamblea que representaba a los tres estamentos de la nación: nobleza, clero y Tercer Estado, para pedir consejo (subir los impuestos). 

La reunión se convocó para mayo de 1789 en el palacio de Versalles. La Revolución estaba a punto de comenzar...

PROLEGÓMENOS DE LA REVOLUCIÓN.

La convocatoria de los Estados Generales el 5 de mayo de 1789 había generado interés y esperanzas por toda Francia. 
Hacía más de un siglo (desde 1614) que los reyes de Francia (Enrique IV) no convocaban esta asamblea porque habían gobernado con poder absoluto y sin pedir consejo ni dar explicaciones a los representantes de la nación.
Ya desde el comienzo surgió un primer tema de enfrentamiento entre los estamentos representados en los Estados Generales. ¿Cómo debían votarse las propuestas de la asamblea al rey?
·         
  Tradicionalmente en los Estados Generales se había votado por estamento, es decir, cualquier propuesta tendría tres votos: el de la nobleza, el del clero y el del Tercer Estado. De nada servía que los diputados del Tercer Estado fueran más numerosos y representaran al 85% de la nación, cualquier propuesta suya que fuera en contra de la ARISTOCRACIA, es decir, los privilegios de la nobleza y el clero tendría siempre dos votos en contra y sería anulada.
·   
  Los representantes de los tres estamentos, Clero (Talleyrand), Nobleza (Lafayette) y del Tercer Estado (Siéyes y el Conde de Mirabeau, una vez recibidas los cuadernos de quejas o "Cahiers de doleancés"), pidieron que las propuestas de los Estados Generales se votaran por persona, sistema con el que contarían con una mayoría suficiente para que sus propuestas fueran aprobadas.

Reunidos en Asamblea Nacional el 17 de junio, ante la imposibilidad de cambiar el sistema de votación y del cierre de la sala el 20 por parte de Luis XVI, los representantes del Tercer Estado  decidieron reunirse por separado. Optaron por marcharse de Versalles a París, donde continuaron sus sesiones en un local que se utilizaba para jugar al frontón.
En este local, siguiendo las doctrinas ilustradas y el ejemplo de lo que hicieron los colonos americanos, los diputados se proclamaron representantes de la Nación y juraron no separarse hasta haber redactado una Constitución para Francia que organizara un nuevo sistema político, económico y social. Este acto, conocido como el Juramento del Juego de Pelota (Jeu de Pomme), cerca del Palacio de las Tullerías, puede considerarse el verdadero inicio de la Revolución.

1º Fase: Monarquía Constituyente.

De los Estados Generales a la Asamblea Nacional Constituyente. (1789-91)



El rey aceptó de mala gana que los Estados Generales pasaran a convertirse en Asamblea Nacional Constituyente el 27 de junio, y a partir de julio  empezaran a trabajar en la elaboración de esa Constitución que iba a acabar con su poder absoluto.

Pero al mismo tiempo, el rey estaba reuniendo tropas para que entraran en París y sometieran a los diputados rebeldes.
Ante los rumores de que llegaban tropas reales, el pueblo parisino salió a las calles para defender a sus representantes. Los sublevados asaltaron la armeria y tomaron la cárcel-fortaleza de la Bastilla (símbolo del Antiguo Régimen) el 14 de julio (día nacional francés) para tomar la pólvora necesaria. Pronto se organizó un nuevo ayuntamiento revolucionario y un ejército popular, la Guardia Nacional, para defender París en caso de ataque de las tropas del rey.

La noticia de la revuelta en París se extiende por toda Francia y el ejemplo se imita en muchas ciudades y pueblos que organizan nuevos ayuntamientos y tropas populares. Muchos campesinos hambrientos, por su parte, atacan los castillos y mansiones de la nobleza y saquean sus posesiones. Se desata una ola de violencia y pánico, tumultos, asesinatos y vandalismo que se conoce como el Gran Miedo (Le grand peur).

Para intentar calmar los ánimos, la Asamblea Nacional  de París promulgó un decreto que declaraba suprimidos todos los privilegios de la nobleza y el clero y sus derechos señoriales.
Se llevarán a cabo importantes desamortizaciones a las tierras de la iglesia.
Era el 3 de agosto de 1789, y la sociedad estamental estaba desapareciendo de Francia.

También, imitando lo que hicieron los colonos americanos años antes, los diputados de la Asamblea promulgaron también una "Declaración de derechos del hombre y del ciudadano", que se inspiraba plenamente en las ideas ilustradas: libertad, igualdad y soberanía nacional. 
· 
Además se llevaron a cabo la Ley Chapelier que organizaba el territorio francés en Departamentos y una reforma fiscal, que estableció un sistema de impuestos directos, igual para todos.

Del mismo modo, como contrapartida llega la condena del papa Pio VI del proceso de desamortización y nacionalización de los bienes del clero, aumentó considerablemente la agitación contrarrevolucionaria.

Sin embargo, la labor más importante fue la elaboración de una Constitución, claramente relacionada con la americana de 1787.

2º Fase: Monarquía parlamentaria.

Asamblea Nacional Legislativa (1791-1792)


Todavía quedaba por resolver la crisis económica con el déficit, el problema del hambre, la subida de los precios y un país revuelto a nivel interior con un clima de guerra civil.

En 1791 se inicia el primer intento de sustitución del Antiguo Régimen en Francia por un nuevo régimen inspirado en las ideas de la Ilustración, pero moderado, al gusto de la burguesía acomodada (Girondinos) que lo había diseñado.

En septiembre de 1791 se aprueba el texto de la nueva Constitución. En ella se determinaba que:

La nueva forma de gobierno sería una monarquía constitucional con separación de poderes.
  • ·  El rey tendría el poder ejecutivo, todavía con "derecho de veto" (dirigiría el gobierno), asesorado por los diputados.
  • ·  La "Asamblea Nacional" tendría el poder legislativo (elaboraría las leyes).
  • ·  Los tribunales de justicia serían independientes de ambas instituciones.

Según la nueva Constitución, los diputados de la Asamblea Nacional serían elegidos cada dos años por votación popular (sufragio). Sin embargo, se nota que los diputados que redactaron esta constitución eran burgueses acomodados, porque se estableció que sólo podrían votar y presentarse a las elecciones los ciudadanos (hombres) que dispusieran de unos determinados niveles de riqueza. A este sistema de votación se le denomina sufragio censitario, porque para poder votar había que tener un patrimonio reconocido en el censo de cada población. 

  
Los campesinos más pobres, los vagabundos, mendigos, artesanos, obreros asalariados, hombres y mujeres que habían luchado en las calles por el triunfo de la Revolución, se veían de este modo apartados de la participación política.
  
Sin embargo, el nuevo régimen estaba a condenado a fracasar por diferentes motivos.

  •     El rey que debía encabezar el gobierno, Luis XVI, había aceptado la Constitución de mala gana, y su mayor aspiración era recobrar su poder absoluto con la ayuda de los reyes vecinos, principalmente el de Austria, de donde era su mujer María Antonieta "la Austríaca".
  •     En la nueva Asamblea que resultó de las primeras elecciones populares (aunque sólo votaron los más ricos) se formaron pronto clubes (partidos políticos) enfrentados ante las decisiones que debían tomarse. La unidad de los primeros tiempos, cuando todos lucharon juntos contra el Antiguo Régimen, se había acabado.
·         
      En cuanto a los grupos políticos que se iban formando...
  •    En el centro, estaban los monárquicos moderados o "amigos de la constitución" dirigidos por Mounier, los liberales dirigidos por Bernave y los fuldenses, conocidos como "la LLanura", partidarios de que las cosas se estabilizaran y se mantuviera una monarquía constitucional. Se sentaban en la parte derecha de la Asamblea. Uno de sus jefes más notables fue el Marqués de La  fayette.


  •    En el ala izquierda de la Asamblea, desde el período constituyente, se habían sentado los radicales, partidarios de que se hicieran cambios más profundos y hubiera una mayor justicia social (sufragio universal masculino). Los jacobinos o "Montañeses" (zona más alta de la cámara), encabezados por Robespierre, se apoyarían el la baja burguesía, los sans-culotte para llevara Francia a una República en una "revolución desde abajo". 
     
  •   Como más radicales si cabe aparecen denominados los sans-culottes (baja burguesía) que formaban el club de los Cordeliers, que no habían podido votar en las elecciones, no se sentían representados por el nuevo gobierno y empezaban a organizarse. Unos de sus líderes más populares fueron Desmoulins, Marat, Hébert y Danton.
  •     A la derecha, el grupo más importante de esta tendencia eran los girondinos. Anteriormente estaban Mirabeau o Siéyes pero ahora serían Brissot o el Marqués de Condorcet los jefes más destacados, que querrían una "revolución desde arriba", manteniendo la monarquía y las tradiciones.

   La situación económica seguía empeorando, y el hambre y la carestía de los alimentos tenían descontento al pueblo llano, que además se sentía un poco engañado al haber quedado apartado de la participación política.
   
   Los enemigos de la Revolución (nobles y eclesiásticos) se habían reorganizado y en muchas partes del país y habían reclutado "grupos monárquicos o ultrarealistas" para luchar contra el nuevo gobierno.

   La situación estaba tan mal que el propio rey Luis XVI intentó huir de Francia disfrazado hacia Austria, pero fue capturado  ("Fuga de Varennes") el 22 de junio de 1792 y devuelto a París. La Corte pasaría de Versalles al Palacio de las Tullerias.

A partir de ese momento la monarquía constitucional pierde el sentido, porque el rey no es más que un prisionero de la Asamblea con la que, supuestamente, comparte el poder.

Para empeorar las cosas, en el exterior, las potencias absolutistas, Austria (Francisco I era el padre de María Antonieta) y Prusia declaran la guerra a Francia, exigiendo que se restituya el poder absoluto a Luis XVI e invadiendo el país.
   Ante el peligro exterior, la Asamblea propone una nueva leva de 30.000 hombres que es paralizada por Luis XVI, lo que agravará su desprestigio ante la sociedad francesa.

En este estado de cosas, el 10 de agosto de 1792, el pueblo (importante revuelta del pan llevado a cabo por mujeres) asalta el palacio de las Tullerías y la Asamblea tiene que proteger y refugiar al rey y su familia en el antiguo Monasterio del Temple, para evitar su linchamiento. 
  
   Será en este momento cuando surja la bandera tricolor (rojo y azul, colores de la nueva Francia ante el blanco del absolutismo) y el himno de "La Marsellesa", que era la canción del Capitán de Lisle "Canto de guerra para el ejército del Rin"  que adoptaron los voluntarios marselleses contra las potencias absolutistas en la toma de París ante la traición monárquica y la formación de la Comuna de París.


   El ejército popular consigue derrotar a las tropas extranjeras en varias batallas (ej. Valmy)En este momento el papel de los militares como defensores de la Revolución empieza a ser importante y sus hazañas los convierten en héroes populares. Napoleón Bonaparte, por ejemplo, comienza en esta época a destacar por sus victorias, como su defensa del puerto de Tolón ante la poderosa flota británica. Aún sí, viendo su influencia será relegado a un segundo plano por el gobierno.

No obstante, se decide destituir al rey, mantenerlo prisionero y convocar unas nuevas elecciones para tratar de hacer una nueva Constitución y organizar otra forma de gobierno.
  
   Para calmar a las masas populares, se decide, bajo instancias de Robespierre, que esta vez la votación se haga por "sufragio universal", es decir, podrían votar "supuestamente" (la alta burguesía intenta enmascarar la votación debido a la crisis interior y la presión popular) todos los hombres con independencia de su riqueza.

     3º Fase. La República Social:

     La Convención (1792-1795).


La nueva Asamblea elegida por sufragio universal masculino pasó a llamarse "Convención Nacional" y, dado que el rey había sido depuesto, la Asamblea asumió todos los poderes del Estado, que se convertía en una República (22 de Septiembre de 1792).
  
   Ante la invasión extranjera, el nuevo gobierno decreta una nueva leva forzosa de 300.000 hombres para defender a la Nación de las potencias absolutistas en esa "Guerra de la Convención o del Rosellón", de igual duración que el período (1792-1795).

En la Convención Nacional encontramos a las siguientes ETAPAS, con grupos políticos, que se van a ir sucediendo en la dirección del Estado:

-  Convención girondina o República social (sep 1792-julio 1793):
· Los girondinos habían obtenido la mayoría en las elecciones y van a ser la facción moderada de la Convención.
  
    Estos querían que la Revolución se estabilizara organizando un sistema de gobierno republicano (sin rey) pero que mantuviera a raya las aspiraciones de las clases populares.
·   
   Los girondinos, con el apoyo de los diputados de la llanura (representaban al "Patriciado urbano", es decir, la burguesía más acomodada (comerciantes, banqueros,...) ,  controlaron el gobierno y sus medidas, que beneficiaban a la burguesía más rica.
  
   El problema es que no consiguieron mejorar la situación económica del pueblo más humilde, que sin participación política, empezó a alborotarse tanto en el ámbito rural como urbano.
 
   A  continuación se juzgó al rey Luis XVI por haber traicionado a la Nación. Aunque el debate fue intenso y la votación muy igualada, finalmente, por la presión jacobina, fue condenado a muerte, (21 de enero de 1793) al igual que, posteriormente,en octubre serían su mujer e hijos.

- - Convención montañesa o República popular o radical (Julio de 1793-julio de 1794): 

Ante la gravedad de la situación, los jacobinos de Robespierre, con el apoyo de los sans-culottes de París, dieron un golpe de estado, acusando a los jefes girondinos de traidores y especuladores en contra del pueblo, y tomando el poder por la fuerza.

Una vez llegados al poder, crearon el  Comité de Salud Pública como órgano principal de gobierno, sustituyendo a la Convención.

El control del Estado quedó en manos de Robespierre , que se apoyaría en el denominados Tribunal Extraordinario, ayudado por otros Tribunales Populares, para aplicar con dureza la denominada "Ley de Sospechosos".

Muchos diputados girondinos fueron juzgados y condenados a muerte, acusados de traición a la Revolución, y se entró en una fase radical que se conoce como "el Terror".

   A nivel interior, el nuevo gobierno jacobino, con el apoyo del pueblo parisino, eliminó físicamente en la guillotina no sólo a muchos nobles y eclesiásticos en el ámbito rural (Masacre de la Vendeé en Octubre de 1793), sino también a bastantes burgueses enriquecidos de las ciudades, en los que el pueblo volcó su odio provocando numerosas revueltas.
  
  Los jacobinos, oyendo las peticiones populares, adoptaron medidas a favor de una mayor igualdad económica ("Ley de Maximum", fijando precios para productos básicos, reforma fiscal, distribución de la propiedad, etc), crearon un nuevo calendario revolucionario y prepararon una nueva Constitución (1793) que no llegó a entrar en vigor "non nata", y que era muy favorable a las demandas del pueblo más humilde, donde se establecía el SUFRAGIO UNIVERSAL MASCULINO.





. A nivel exterior, la muerte de María Antonieta en la guillotina (octubre de 1793) y su familia agravó la situación e hizo que los principales reinos de Europa formaran una coalición y declararan la guerra a la República de Francia. Una 2ª Gran Coalición (1792-95) formada además de por Austria y Prusia, por Holanda, España (desde 1793, con la muerte de Luis XVI) y su rival en el mar, Inglaterra.


   La Convención Termidoriana o República moderada (julio de 1794-1795):
  
   El 27 de julio ( 9 del mes de Thermidor) de 1794, un nuevo golpe de estado protagonizado por los diputados centristas de "la Llanura" hartos de los excesos del gobierno, acabó con la tiranía de Robespierre. Lo detuvieron y fue juzgado y condenado a muerte a la guillotina, junto a sus principales colaboradores, Saint-Just o Couthon o cordeliers como Hebert, Danton o Desmoulins.

El período más exaltado de la revolución acabó y los diputados moderados trataron de "controlar al pueblo".
  
Superada aquella fase radical de la Revolución, los diputados de la Convención intentaron organizar una nueva forma de gobierno que asegurara los principios liberales burgueses y diera marcha atrás al intento de los jacobinos de crear una sociedad igualitaria, la llamada "cuestión social".


     4ªFase. La República burguesa (1795-1799):

      El Directorio.



   Este período daría comienzo el 22 de agosto de 1795 (5 del mes de fructidor, del año III) cuando se aprobó una nueva Constitución (la tercera que se intentaba desde el inicio de la Revolución) cuyos aspectos más importantes son:
  •    El sistema de votación para elegir a los diputados sería el sufragio censitario, poniéndose un límite alto al nivel de riqueza necesario para poder votar y presentarse a diputado. Se calcula que pudieron votar sólo 200.000 ciudadanos (hombres).
  •     El control del estado, por lo tanto, estaría en manos de la burguesía más acomodada.
  •    El poder legislativo (hacer las leyes) residiría en una asamblea bicameral, dividida en Consejo de los Quinientos y Consejo de Ancianos, que tenían que "ponerse de acuerdo" para la aprobación de las leyes, pero en la que prevalecía la segunda.
  •    El poder ejecutivo (dirigir el gobierno) estaría en manos de un grupo de cinco personas designadas por el Consejo de los Ancianos, denominado Directorio.

  En el terreno internacional, el gobierno del Directorio mantuvo la guerra contra las monarquías absolutistas de Europa, consiguiendo derrotar a España y Prusia, que firmaron su rendición en la Paz de Basilea (1795).
    Ahora sólo Inglaterra y el emperador austriaco permanecían en lucha contra Francia.
  
   A su vez, el Directorio tampoco consigue calmar la situación a nivel interior ante los sectores contrarrevolucionarios que crean un tremendo caos social:
  •   tanto por un lado, con los "ultrarrealistas", el denominado "Terror Blanco", que querían la vuelta al Antiguo Régimen, 

  •    como por el otro, con  "la Conspiración de los iguales de Babeuf" (antecedente del comunismo). Además, los sectores populares (sans-culottes y enráges), partidarios de aquellas ideas más radicales y de medidas igualitarias también se rebelaron  y el gobierno tuvo que usar la mano dura con el liderazgo de nuevo de Napoleón, que utilizó una férrea represión en las calles de París para acabar con sus aspiraciones.

    El caso es que en 1799 la situación de Francia no conseguía estabilizarse. Dentro y fuera del país los enemigos de la Revolución se organizaban para atacar con más fuerza a la Francia revolucionaria.

   Algunos miembros del Directorio consideraron que la situación era peligrosa y había que tomar medidas drásticas para salvar la Revolución. Convencieron a Napoleón Bonaparte, el militar de moda tras las campañas de Campoformio en el N. de Italia y Egipto, aclamado por el pueblo, para que diera un golpe de Estado y asumiera el poder en Francia hasta que pasara el peligro.

   El 9 de noviembre (18 de Brumariode 1799 el joven general corso (de Ajaccio, Córcega), al mando de sus tropas y con el apoyo del pueblo, entra en la sala del Consejo de los Quinientos y obliga a los diputados a que cedan el poder ejecutivo del Estado a un CONSULADO (1799-1804), es decir, a tres personas con el cargo de Cónsules. Uno de esos cónsules, por supuesto, sería el propio Napoleón.

   La Revolución no ha muerto, pero su destino queda en manos de Napoleón Bonaparte, que tras diez largos años de revolución, le dará su "sesgo personal", que será el que se extienda por Europa como aquella "mancha de aceite" que comentamos a principios del tema.





NAPOLEÓN 


     Introducción.


   En su golpe de estado Napoleón contó con el apoyo de la alta burguesía ("Llanura") de Francia, que veía que todo lo que había conseguido con la Revolución podía perderse por los ataques exteriores (países en guerra contra Francia) y por las conspiraciones interiores (de los grupos más radicales que querían imponer una sociedad igualitaria y de los partidarios de volver al absolutismo).

  Napoleón consiguió dar estabilidad al gobierno de Francia al acabar con esas conspiraciones interiores, y al mismo tiempo consiguió durante algunos años mantener a raya a todos los países enemigos de Francia.  
   
   Fue el "sable que cortaría las ataduras del caos interior y el temor exterior".

    Su gobierno, en un principio fue del agrado del pueblo, que, aunque no tuvo plena participación en la política, vio mejorar su situación económica y tuvo garantizados los derechos que le había dado la Revolución pero ahora adaptados en el llamado "código napoleónico".



   Napoleón extiende la Revolución por Europa  (1799-1815)


   El gobierno de Napoleón (de 1799 a 1815) supuso la creación de un nuevo modelo de Estado que heredaba los principales logros de la Revolución Francesa, pero se basaba en el poder casi absoluto de una persona.

   En sus años de gobierno en Francia, Napoleón fue modificando su sistema de gobierno, pudiendo señalarse las siguientes etapas:
·
   CONSULADO (1799-1804)

   Napoleón comenzó participando en el gobierno de Francia como Cónsul, compartiendo el poder con otros dos cónsules, Siéyes y Ducos (de 1799 a 1802).

    Se elabora una nueva Constitución en 1799 (año VII) por la que aparece el sufragio universal masculino pero donde el senado es elegido de entre una lista elegida por Napoleón y el gobierno tiene iniciativa legislativa pero también dirigida por éste, es decir, en una "dictadura disfrazada".
·
   En el terreno interior.
 
   Afianzó un régimen que mantenía los cambios principales de la Revolución en sus aspectos más moderados, los que interesaban a la alta burguesía.

   Entre sus reformas podemos destacar:
  •    Organizó una administración moderna, con un Ministerio del Interior y  numerosos funcionarios (policía secreta) para el control social y el gobierno del país.
  •     Centralización en la capital, París.
  •    Colocó a Prefectos en las provincias y reformó la Hacienda para optimizar la regulación de los impuestos.
  •     Elaboró un Código Civil o "código napoleónico" que ponía fin al Antiguo régimen y garantizaba la libertad individual, la igualdad ante la ley de los ciudadanos (hombres), la propiedad privada y la libertad económica pero que sin embargo en muchos de los casos imponía la censura.
  •    Realizó numerosas obras públicas que mejoraron comunicaciones (carreteras) e infraestructuras (cloacas) del país.
  •    Creó el Banco central francés y el franco como moneda y estableció una reforma comercial imponiendo sistema de medidas (m, Kg, l) común para para los intercambios comerciales.
  •     Fomentó la educación pública y superior (Liceos) destinada principalmente para formar a la nueva élite social, la burguesía más acomodada (ej. "Legión de Honor") y por la cual se quería fomentar la meritocracia.
  •    Aunque se reconocía la tolerancia religiosa, firmó un concordato con la Santa Sede (Pío VII en 1801) para abandonar la postura anticlerical e hizo regresar del exilio a muchos ultrarrealistas para apaciguar los ánimos.

     Posteriormente, tras un plebiscito constatado con una nueva Constitución (1802-año X) asumió el gobierno en solitario como Cónsul vitalicio (es decir, que gobernaría hasta su muerte sin necesidad de elecciones), ahora junto a Cambacéres y Lebrun (de 1802 a 1804).
  
 

·    IMPERIO (1804-1815).
  
   Finalmente, en el momento de su máximo esplendor Napoleón se autoproclamó "Emperador de los franceses"  en Notre Dame por el papa Pío VII de 1804 a 1815 y en muchos aspectos, incluidas sus representaciones pictóricas, su imagen nos recuerda a la de los antiguos monarcas absolutistas.



      En el terreno internacional.
·   
 Napoleón intentó extender el nuevo régimen revolucionario francés por toda Europa, derrotando a las monarquías absolutistas y apoyando la creación de nuevos gobiernos inspirados en las ideas liberales.
·        
   Realizó una política imperialista, siguiendo los ejemplos de Carlomagno o Carlos V, tratando de volver a la unidad y gloria de Europa, pero ahora controlada por Francia, bien con territorios conquistados y anexionados a Francia, o como estados gobernados por amigos y familiares del propio Napoleón tanto en estados dependientes o "satélites":
  •     o bien con sus hermanos:
  •     Jerónimo (Confederación del Rin, Westfalia),
  •     José (España) y
  •     Luis (Holanda), 
  •    con sus generales:
  •     Murat (Nápoles) y
  •     Bernadotte (Gran Ducado de Varsovia).

       como aliados o Vasallos:
  •    Noruega y Dinamarca.


  
  Contó en muchos países con el apoyo de los sectores ilustrados (AFRANCESADOS), que veían con buenos ojos el dominio de Napoleón porque suponía el establecimiento de Constituciones (Constitución de 1804 - año XII) y gobiernos basados en las ideas liberales (monarquía constitucional, código napoleónico, etc).

   Consiguió dominar prácticamente todo el continente gracias a su moderno y bien organizado ejército (Grand Armeé), con generales como Murat, Dupont, Moncey o Suchet, que derrotó en numerosas ocasiones a tropas muy superiores en número como por ejemplo en Austerlitz (1805) frente a Austria en Jena ante Prusia (1808) o en Wagram (1809)  con Rusia
   Era el cénit o momento más álgido del imperio napoleónico.
  
   Uno de los problemas sería que con el tiempo, fueron engrosando sus filas MERCENARIOS, es decir, soldados italianos, alemanes o polacos afines a los ideales de la revolución pero sin ese sentimiento "francés" para mantener la batalla....


DECLINIO DEL IMPERIO NAPOLEONICO
  
    En 1810, a pesar de los problemas en España (guerra de la independencia 1808-1814) los franceses eran los señores de la gran parte de Europa Occidental.  
  A partir de esa época, sin embargo, una sucesión de obstáculos acataría llevando al agotamiento del Imperio Napoleónico. 

   Influencia napoleónica en América
  Además de las repercusiones en Europa, la invasión napoleónica en la península Ibérica tendría importantes consecuencias en la América colonial. La caída del rey español (Abdicaciones o Renuncia de Bayona) acabo siendo el detonante que conduciría la creación de juntas de gobierno, para autogobernarse, en la américa española, que luego derivaría en la independencia de las colonias americanas de España. 

  En el plano externo, Francia no conseguía vencer a la resistencia de los ingleses, que frecuentemente encabezaban coaliciones militares formadas con otros países adversarios como Austria y Prusia - para derrotar al Imperio Francés.

   El Bloqueo o "Política Continental" era también cada vez mas irrespetado siendo más común el contrabando y el caos. 

   Prueba de eso es que, en 1810, el Zar Alejandro I de Rusia (emperador ruso) rompió con el acuerdo con Francia y promovió una reaproximación con Inglaterra; en represalia, Napoleón Bonaparte y sus tropas invadieron Rusia en 1812.

A pesar de haber tomado Moscú, los franceses no consiguieron la victoria. A su llegada, hallaron una ciudad desierta y en llamas, no consiguieron abrigo para descansar ni alimentos para reponer las fuerzas de las tropas y de los caballos.

En este episodio, Napoleón fue cogido por sorpresa, porque el ejército ruso había recurrido a la hábil estrategia conocida como "tierra arrasada o quemada" - destrucción intencional del lugar poco antes de la invasión para impedir la obtención de suministros y la retirada del contingente militar para evitar una confrontación abierta con los invasores.
 

  La maniobra representó un desastre para el ejercito francés. Sin salida, las tropas napoleónicas dejaron la ciudad bajo un riguroso invierno y, casi fueron aniquilados por los ataques esporádicos realizados por el ejercito ruso desde la retaguardia, también por el hambre y por el frío.  

    Tras la desastrosa campaña de Rusia y las derrotas en España, las fuerzas antifrancesas se habían reagrupado de forma cautelosa en la Sexta Coalición, que comprendía al Reino Unido, Rusia, España, Portugal, Prusia, Austria, Suecia y ciertos pequeños Estados alemanes.

    Se producirá la batalla de Leipzig (16 al 19 de octubre de 1813), también llamada la «batalla de las Naciones», que fue el mayor enfrentamiento armado de todas las guerras napoleónicas y la batalla más importante perdida hasta el momento por Napoleón.

  La derrota del ejercito napoleónico en Leipzig y posteriormente en España al año siguiente (1814 Tratado de Valençay) fortaleció a Inglaterra y sus aliados.
   Arruinado, Napoleón Bonaparte, tuvo que renunciar, en 1814, al trono francés y fue exilio en la Isla de Elba.


  El empeño de Napoleón de enfrentarse a toda Europa (megalomanía y endiosamiento) imponiendo el modelo político y social de la Revolución Francesaestaba condenado al fracaso. Eran demasiados enemigos y la guerra permanente demasiado costosa para Francia.
   
    
  En la propia Francia el prestigio de Napoleón Bonaparte estaba siendo sacudido en todos los estratos sociales en consecuencia del despotismo del régimen y las guerras continuas. No solo las bajas humanas eran grandes, sino también millares de jóvenes trataban de escapar del servicio militar.

Cuanto más se intensifican las manifestaciones de oposición, el gobierno recurría a la censura de los periódicos, libros y a la represión policial. Esas medidas aumentaban el descontento de la mayoría de los franceses.


    Restablecimiento de la Monarquía en Francia
  
  La coalición liderada por Inglaterra ocuparía Francia, restableciendo la monarquía de los Borbones y colocarían en el trono a Luis XVIII, hermano del rey depuesto y guillotinado - Luis XVI - en 1793 durante la Revolución Francesa.
  
  El restablecimiento de la monarquía fue seguido al retorno de los nobles y eclesiásticos que se habían fugado del país al inicio de la Revolución Francesa. Al regresar, los exiliados quisieron recuperar sus antiguos derechos y bienes, lo que genero gran insatisfacción popular.

    Al mismo tiempo, los países victoriosos decidieron reunirse y trazar los destinos de Europa, organizando el Congreso de Viena  donde reconfiguraron el mapa de Europa.
   
  Regreso de Napoleón Bonaparte: Imperio de los Cien Días

Percibiendo que el momento era propicio para intervenir una vez mas en el escenario político, Napoleón Bonaparte, se fugó de la Isla de Elba y, en marzo del año 1815, retomó el gobierno. El nuevo gobierno duro apenas cien días.
 

    
   Derrota de Napoleón Bonaparte - Exilio y Muerte en la Isla de Santa Elena

Napoleón Bonaparte fue definitivamente vencido por la Séptima coalición, en este caso liderada por el general inglés Duque de Wellington en la Batalla de Waterloo, en Bélgica, en junio de 1815. Por primera vez, la guardia imperial napoleónica retrocedía....y por tanto, suponía el fin del grandioso general corso.

  
   Esta vez, los ingleses enviarían a Napoleón Bonaparte a un lugar mas distante: la Isla de Santa Elena, en pleno Océano atlántico, donde murió en mayo del año 1821.



Destierro

 Momento de su muerte
 




                                 CONSECUENCIAS DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA


      Antes de morir el 5 de mayo de 1821, escribió unas memorias, el Memorial de Santa Elena, en las que se describió a sí mismo tal como deseaba que lo viese la posteridad. 
   La historia aún no se ha puesto de acuerdo ni siquiera en el retrato de su singular personalidad y en el peso relativo de sus múltiples facetas: el bronco espadón, el cuartelero, el estadista, el visionario, el aventurero y el héroe de la antigüedad obsesionado por la gloria de Alejandro Magno, Aníbal o Julio César. 
   Convertido en héroe de epopeya por escritores de la talla de Victor HugoBalzacStendhalHeineManzoni o Pushkin, su leyenda alcanzó la apoteosis en 1840, cuando sus cenizas regresaron a París para ser depositadas bajo la cúpula de la iglesia del Hôtel des Invalides, fundado dos siglos antes por el Rey Sol Luis XIV para acoger a los viejos soldados maltrechos por la guerra. Él había sido, sin lugar a dudas, uno de ellos.


LA RESTAURACIÓN


Entre 1815 y 1830, en Europa se vive un período que conocemos como la época de la Restauración, caracterizado por el intento de volver a recuperar todos los aspectos del Antiguo Régimen que habían sido desmantelados durante los años de la Revolución en Francia y en los territorios conquistados por Napoleón.

    Sin embargo, la marcha atrás era imposible porque, aunque la Revolución había sido derrotada, sus ideas estaban más vivas que nunca, y pronto por toda Europa surgirá una ola de nuevas revoluciones (1820-1830-1848) que acabarán definitivamente con el Antiguo Régimen en la mayoría de los países europeos, como veremos en el tema siguiente.